martes, 28 de septiembre de 2010

La felicidad (1)


La felicidad debe ser acogida como una referencia interna que no debería medrarse o aumentarse por factores externos ligados al resultado, sino al proceso en sí mismo pues la única vinculación con los resultados nos esclaviza. De este modo, integramos la felicidad como un estado natural del ser (tal y como plantea Jorge Bucay en El camino de la felicidad), que ni tan siquiera está condicionado por la presencia o ausencia de obstáculos ya que una vida totalmente solucionada no plantea ningún reto personal. Sin embargo, solemos vivir la felicidad momentáneamente en función de las circunstancias y eso nos hace ser esclavos del exterior.

Los obstáculos en la vida nos ofrecen la oportunidad, si sabemos manejarlos o superarlos, de ampliar nuestra perspectiva y capacitarnos para un nivel superior de entendimiento. Abrirse a la enseñanza que nos transmite cada obstáculo depende de altas dosis de paciencia, tolerancia, flexibilidad, fortaleza interior, fe y del hecho de ser racional para saber distanciarse por unos momentos del obstáculo que vemos como un peligro o como algo negativo con el objetivo de analizar la situación de forma objetiva. Esto nos distancia o protege del sufrimiento.

Respecto a la felicidad tendremos en cuenta que:

√ Cuando aprendes a no tomarte las cosas personalmente, ves a las personas realmente como son (harían lo mismo contigo que con otra persona).

√ No debemos ilusionarnos falsamente en algo ya que la idealización nos lleva a ideas totalmente ilusorias, que no concuerdan con la realidad. Del mismo modo, tampoco debemos ser demasiado desconfiados o malpensados.

√ Hay que tener claro que las cosas no son siempre como nosotros queremos. Por tanto, no tiene sentido aferrarse a algo, pues todo es transitorio. Cuánto más queramos tener el control, más nos preocuparemos por detalles que no tienen porque depender de nosotros. En este sentido, el desapego nos enseña a vivir y dejar vivir.

La libertad, el amor, la paz, la motivación y las ganas de vivir nos acercarán a la felicidad.

¿Cuál es vuestro secreto para la felicidad?
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jueves, 16 de septiembre de 2010

La pereza


La pereza es una inercia que hace que el individuo no manifieste ningún tipo de interés en la actividad que trata de llevar a cabo. Por tanto, ante cualquier obstáculo el individuo perezoso se desanimará y de forma natural tenderá a la crítica y a la queja y, además, empujará a otros hacia este camino.

La pereza es un enemigo de la fuerza de voluntad, la motivación y la perseverancia necesarias para llevar a cabo nuestros objetivos con éxito.

Un individuo perezoso no suele comprometerse consigo mismo ni con los demás, y, por supuesto, con cualquier excusa de desentenderá para afrontar los obstáculos que son necesarios superar para crecer y evolucionar como individuos.

Las personas perezosas suelen ser inmaduras porque no tienen iniciativa, nuevos intereses o ideas enriquecedoras. Odian el cambio.

Un individuo perezoso es enemigo de las normas ya que no tiene sentido de la disciplina y no es entusiasta ni enérgico. Más bien, mantiene una actitud pasiva, conformista y resignada.

La pereza está al otro lado de la balanza de la obsesión, el perfeccionismo y el excesivo control.


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sábado, 4 de septiembre de 2010

La fuerza de nuestros pensamientos


Nuestra forma de pensar incide de forma directa en nuestra realidad cotidiana. Por tanto, si tenemos una forma de pensar positiva, nuestras circunstancias serán positivas. Y, si no, podemos efectuar los pasos necesarios para convertirlas en positivas, o, al menos, desde nuestro interior, transformarlas, interiorizarlas y vivirlas como positivas en una clara intención de cambio y anulación de lo que nuestra mente juzga como un problema pero que nuestro ser interior afronta como una oportunidad de crecimiento. Podríamos considerar este momento como una especie de sonrisa interior, que siempre podemos poner en práctica para superar más rápidamente los obstáculos que nos impiden llegar al logro.


Incluso, en circunstancias negativas podemos utilizar la fuerza de nuestros pensamientos para adoptar una posición calmada, equilibrada, objetiva y desapegada desde la perspectiva de la aceptación y la afrontación de la situación (en el sentido de no dejarnos agobiar por la situación para poder analizarla en perspectiva, desde fuera). Además, el agobio y el miedo son excusas de nuestro ego para seguir castigándonos y torturándonos con el sufrimiento que nos causa aquello.

Nos ayudará visualizar una solución creativa y pensar en estrategias para permanecer tranquilos en medio del caos.

La fuerza de nuestros pensamientos determina nuestra realidad y se fundamenta en la fe y el compromiso con uno mismo, en la fortaleza interior, en relativizar y hacer frente a los problemas, analitzándolos de forma objetiva, y en la determinación necesária para llevar a cabo nuestras decisiones en pequeños pasos hasta conseguir nuestra meta. Mantener la serenidad ante posibles imprevistos,manifestar una actitud flexible y no desesperarse ante la inseguridad de cómo se desarrollará el proceso o si las cosas no nos conducen al objetivo previsto, es fundamental, pues lo importante no es alcanzar la meta a toda costa, sino adaptarnos y prestar nuestra atención a lo que está sucediendo en el ahora. Probablemente, si no solucionamos el pequeño incidente que nos plantea la vida en ese preciso intante, nunca llegaremos a donde pretendemos.


De mi página web: http://www.mjesusverdu.com/